Sin lugar a dudas el futuro pertenece a un mundo TI virtualizado que opera en función de los procesos de negocio. Las compañías invierten activamente en virtualización y cada vez tiene una mayor influencia sobre los servicios críticos para el negocio. Sin embargo, no son tan numerosas las compañías que son capaces de obtener el máximo beneficio de la inversión hecha en virtualización por falta del método necesario para hacer una valoración del retorno de la inversión
Los siguientes consejos describen cómo resolver los principales retos en gestión de infraestructuras virtualizadas:
1.- Abarcar todo el entorno
Hoy en día, las TI son un elemento catalizador para incrementar el negocio. Por lo tanto, un responsable de TI debería trabajar para establecer un entorno de gestión que pueda centralizar con la misma eficiencia la gestión, no sólo de los recursos físicos tradicionales, sino también de la tecnología virtual más avanzada. De lo contrario, la compañía corre el riesgo de establecer una administración separada sin conexión con los procesos de gestión ya probados para las operaciones del centro de datos. Cuando se opera con semejante aislamiento, ese segundo mundo necesitará más expertos y también precisará que se haga una correlación manual entre los dos entornos de gestión.
2.- Saber qué es lo que se está ejecutando
Una frase bien conocida entre los administradores es: “Si no puede medirse, no puede gestionarse”. Sin información sobre la localización de una máquina virtual, o su rendimiento y disponibilidad, todos los esfuerzos que se hagan para garantizar que las operaciones de negocio son seguras y óptimas se pueden convertir en un juego de azar. Y las consecuencias de ese juego podrían ser graves por lo que respecta al cumplimiento, a las regulaciones y los costes de licencias.
3.- Controlar la proliferación de servidores virtuales
La ironía es innegable: las soluciones de virtualización son consideradas como un medio para limitar la proliferación de los servidores físicos, sin embargo, pueden llevar a la proliferación de máquinas virtuales e imágenes. La facilidad de generar máquinas e imágenes virtuales anima a esta proliferación. Para tener una proliferación de servidores sostenible, es preciso desarrollar un sistema de gestión que abarque el descubrimiento y descripción de sistemas virtuales y físicos. Estas capacidades, junto con la automatización, harán posible que los responsables de TI lo tengan todo bajo control.
4.- Prestar atención a las diferencias
La posibilidad de optimizar el uso hardware es uno de los mayores impulsores de la virtualización, pero no debemos permitir que esto interfiera en el nivel de servicio de nuestras aplicaciones. Por el contrario, seleccionar el servidor físico óptimo para cada máquina virtual es una tarea clave en la administración de sistemas. Por ejemplo, un aplicativo que necesite mucha memoria se ve escasamente afectado por una máquina virtual adicional, que requiere una gran capacidad de procesamiento pero con relativamente poco uso de capacidad de unidad de disco. Un análisis centralizado de todos los recursos para el rendimiento y la carga determinarán la asignación más adecuada.
5.- Medir y Evaluar
Un aspecto clave del proceso es la necesidad de monitorizar el rendimiento general de los entornos virtuales y físicos. Esto puede incluir monitorizar una máquina virtual, un contenedor virtual determinado (ESX, P5, etc.), el rendimiento relativo de una máquina virtual comparada con otras, o el rendimiento relativo de un grupo de máquinas virtuales que constituyan un servicio de negocio o de TI. Este nivel de análisis del rendimiento permite al administrador gestionar de forma efectiva la demanda de los recursos y mantener los niveles de servicio deseados. Por ejemplo, puede suceder que diversas aplicaciones tengan un pico de carga al mismo tiempo o empleen al cien por cien el adaptador de la red física del servidor físico. Para reconocer y prevenir este tipo de situaciones peligrosas, el entorno de gestión debe evaluar y correlacionar las métricas del rendimiento tanto de las máquinas físicas como virtuales en tiempo real y utilizar la tendencia histórica.
6.- Gestionar activamente las relaciones
La complejidad afecta a las relaciones entre los recursos físicos y virtuales de cada nivel, especialmente en las infraestructuras más grandes. Una base de datos de gestión de la configuración (CMDB) ayuda a los administradores a tener la visión general necesaria. Almacena los datos detallados en todos los recursos de un entorno TI, utilizando los datos para hacer el seguimiento, analizar y mantener la configuración y sus correspondientes relaciones.
7.- Adoptar sólo lo que es mejor para el negocio
Las ventajas de la tecnología de la virtualización no presentan ninguna duda hoy en día, pero la virtualización no es idónea para todas las situaciones. Las máquinas virtuales deben emplearse siempre que sea posible a menos que haya razones específicas de rendimiento de la aplicación o se necesite tener servidores físicos separados. Por ejemplo, las aplicaciones de misión crítica como las aplicaciones Oracle, SAP o web requieren servidores físicos dedicados.
8.- Permitir las interacciones
Generalmente, los sistemas operativos, las aplicaciones y los servicios funcionan mejor si se ejecutan directamente en el servidor, contrarrestando cualquier pérdida de rendimiento causada por el nivel de virtualización. Al mismo tiempo el rendimiento de los sistemas se hace más predecible cuando los recursos están sujetos a una carga menor. Así pues se puede ver lógico distribuir la carga entre los entornos físicos y virtuales para los servicios TI críticos para el negocio o durante determinados periodos de picos de carga. Por lo tanto, la función de aprovisionamiento no debería estar limitada únicamente a la imagen de la máquina virtual.
9.- Simplificar y estandarizar
La virtualización por un lado consolida, pero por otro incrementa la complejidad de la gestión. Los responsables de TI a menudo contrarrestan la heterogeneidad y complejidad de las infraestructuras implementando las mejores prácticas y estandarización. Sin embargo, los procesos y métodos establecidos por una compañía para el funcionamiento de los sistemas físicos deben comprender también los recursos virtuales o deben formular procesos y métodos adicionales para incorporar el mundo virtual.
10.- Fijar la vista en la línea de meta
En última instancia, el objetivo de la administración TI es asignar dinámicamente los recursos disponibles para que se adapten automáticamente a las condiciones cambiantes del negocio. La virtualización se encuentra entre las tecnologías más críticas disponibles para alcanzar ese objetivo. Sin embargo, sólo cuando se integra con soluciones completas, como la automatización del centro de datos y la gestión de la infraestructura TI, puede aflorar el potencial de la virtualización en un contexto más amplio y producir el resultado más beneficioso.