¿Qué es un SGA?

La importancia de implementar un SGA en la gestión de almacenes

En la actualidad, la eficiencia y precisión en la gestión de la cadena de suministro son factores determinantes para el éxito de cualquier empresa. La competencia global y la demanda constante de rapidez en las entregas han convertido la optimización de los procesos logísticos en una necesidad ineludible. Dentro de este contexto, un software de gestión de almacenes (SGA) se ha consolidado como una herramienta clave para mejorar la operativa de cualquier almacén. Pero, ¿qué es exactamente un SGA y por qué es tan crucial para tu negocio? En este artículo, vamos a explorar en detalle qué es un SGA, cómo funciona y los beneficios que puede ofrecer a tu empresa.

¿Qué es un SGA?

Un SGA, o sistema de gestión de almacenes, es un software especializado diseñado para supervisar y optimizar todos los movimientos y procesos que ocurren dentro de un almacén. Este tipo de software abarca desde la recepción de mercancías hasta su almacenamiento, control de stock y expedición. En pocas palabras, un SGA te proporciona una visión completa y un control exhaustivo sobre todo lo que sucede en tu almacén, permitiéndote gestionar de manera eficiente cada etapa del proceso logístico.

La evolución de los SGA

La gestión de almacenes ha evolucionado significativamente con el tiempo. Tradicionalmente, la organización y control del almacén se realizaban de forma manual, lo que no solo era un proceso lento y propenso a errores, sino que también limitaba la capacidad de la empresa para adaptarse a cambios rápidos en la demanda o en el mercado. Con la introducción de los SGA, las empresas han podido automatizar muchas de las tareas operativas, mejorando así la precisión, reduciendo costes y aumentando la capacidad de respuesta ante las fluctuaciones del mercado.

Funciones clave de un SGA

Un SGA se compone de varias funciones esenciales que trabajan juntas para asegurar que el almacén opere de manera fluida y eficiente. Las funciones principales incluyen la gestión de entradas, la gestión de ubicación de las unidades de carga, el control de stock y la gestión de las salidas. Veamos cada una de ellas con más detalle.

Gestión de entradas: la puerta de entrada al almacén

La primera fase en la operación de cualquier almacén es la recepción de mercancías. Esta función abarca desde la descarga de los productos que llegan hasta su correcta identificación y etiquetado. Un SGA eficiente debe ser capaz de gestionar diferentes tipos de recepciones, ya sea que los productos lleguen paletizados, sin paletizar o como devoluciones de clientes. En cada caso, el sistema se encarga de registrar las características logísticas de la mercancía, como el lote al que pertenece, su fecha de caducidad, peso, temperatura, y número de serie.

Esta captura de datos es fundamental para garantizar la trazabilidad de los productos, es decir, la capacidad de rastrear cada unidad desde su entrada al almacén hasta su entrega al cliente final. Este nivel de detalle no solo es crucial para cumplir con normativas de calidad y seguridad, sino que también permite a la empresa reaccionar rápidamente en caso de problemas como retiros de productos o reclamaciones de clientes.

Además, un SGA debe ser capaz de generar y gestionar el etiquetado de los contenedores y mercancías mediante códigos de barras. Esto asegura que todos los movimientos dentro del almacén, desde la recepción hasta la expedición, se realicen de manera precisa y sin errores, reduciendo el riesgo de confusiones y mejorando la eficiencia operativa.

Gestión de ubicación: optimizando el espacio en el almacén

Una vez que la mercancía ha sido recibida, el siguiente paso es ubicarla en el lugar más adecuado dentro del almacén. Aquí es donde la gestión de ubicación del SGA juega un papel crucial. Utilizando reglas y estrategias basadas en una variedad de parámetros, como la rotación de artículos (clasificados en categorías A, B o C), tipos de contenedores, características específicas de los productos, peligrosidad o incompatibilidad entre ellos, el SGA decide automáticamente la mejor ubicación para cada producto.

Este proceso no solo optimiza el uso del espacio disponible en el almacén, sino que también facilita la localización y el acceso a la mercancía cuando sea necesario. Por ejemplo, productos de alta rotación pueden ser ubicados en zonas de fácil acceso para agilizar los procesos de picking y expedición. Por otro lado, mercancías que requieren condiciones especiales de almacenamiento, como productos perecederos o materiales peligrosos, pueden ser ubicadas en áreas específicas diseñadas para tal fin.

Una funcionalidad avanzada en este ámbito es el cross-docking, una estrategia que permite reducir al mínimo los movimientos de mercancías dentro del almacén. Cuando un producto llega al almacén y se sabe que formará parte de un pedido que ya está en preparación, el SGA puede dirigir la mercancía directamente a la zona de expedición, evitando su almacenamiento temporal y acelerando el proceso de salida. Esta estrategia es especialmente útil en operaciones de logística just-in-time, donde la rapidez y eficiencia son esenciales.

Control de stock: la clave para evitar errores y excesos

El control de stock es quizás una de las funciones más críticas de un SGA. Un buen sistema debe ser capaz de proporcionar información en tiempo real sobre el inventario disponible, incluyendo la cantidad de productos en cada ubicación, su estado (por ejemplo, en cuarentena, reservado o en buen estado para la venta) y otros detalles relevantes.

Una de las herramientas más útiles en este ámbito es la visualización del mapa del almacén. Esta función permite acceder a una representación gráfica de la instalación, donde se pueden ver todas las ubicaciones y la composición de cada una, tanto en términos de los contenedores como de la mercancía almacenada. Esto facilita la gestión del espacio y permite identificar rápidamente cualquier problema, como ubicaciones sobrecargadas o mal aprovechadas.

Además, el SGA puede realizar cálculos automáticos sobre la rotación de los artículos, comparando los movimientos reales de cada producto con la rotación ideal predefinida. Esta funcionalidad es esencial para optimizar el inventario, evitando tanto las roturas de stock (que pueden generar pérdidas de ventas) como el exceso de inventario (que implica costes adicionales de almacenamiento).

Otra función indispensable es la capacidad de realizar inventarios y recuentos de manera programada y automática. Esto permite a la empresa llevar un control riguroso del stock sin interrumpir las operaciones del almacén, y detectar y corregir cualquier discrepancia de manera inmediata.

Gestión de salidas: preparando la mercancía para su despacho

Una vez que la mercancía está almacenada y controlada, el siguiente paso es su salida del almacén. La gestión de salidas incluye la preparación de los pedidos, el picking, el etiquetado de expediciones y la carga en los vehículos de transporte. Un SGA avanzado permite gestionar cada uno de estos pasos con un alto nivel de detalle y precisión.

El sistema se encarga de organizar y optimizar las rutas de picking, guiando a los operarios en su recorrido por el almacén para recoger los productos de manera eficiente. Además, el SGA puede gestionar la agrupación de pedidos, asignando tareas a los operarios y controlando el tiempo y los recursos utilizados en cada proceso. Esto no solo mejora la eficiencia, sino que también permite un control más riguroso de la calidad y la exactitud de los pedidos.

El etiquetado de expediciones es otro aspecto fundamental. Al igual que en la entrada, cada bulto o contenedor debe ser etiquetado correctamente para asegurar que se despacha al cliente correcto y que se cumplen todas las normativas de transporte. El SGA facilita este proceso, generando etiquetas precisas y asegurando que cada expedición está debidamente documentada.

Finalmente, el SGA se encarga de la carga de las expediciones en los vehículos de transporte, controlando que se cumplan los estándares de calidad y que no se cometan errores, como enviar productos incorrectos o en cantidades equivocadas. Este control es crucial para mantener la satisfacción del cliente y evitar costosos errores logísticos.

 

Ventajas de implementar un SGA en almacenes complejos

En empresas que operan almacenes grandes o con configuraciones complejas, la implementación de un SGA es aún más beneficiosa. Estos sistemas pueden gestionar múltiples áreas del almacén de manera integrada, permitiendo coordinar operaciones en zonas de almacenamiento convencionales, silos automatizados, y otras instalaciones especializadas.

Por ejemplo, en sectores como el farmacéutico, donde la precisión y la velocidad son esenciales, un SGA puede utilizar tecnologías como pick to light o voice picking para acelerar la preparación de pedidos y reducir errores. Estas tecnologías permiten a los operarios trabajar de manera más rápida y eficiente, lo que es especialmente importante en entornos donde los tiempos de manipulación están estrictamente controlados, como en almacenes de congelados o en centros logísticos de alto rendimiento.

Además, un SGA puede facilitar la gestión de multialmacenes y multiorganización, permitiendo a una misma empresa controlar varios almacenes desde un único sistema. Esto no solo optimiza los recursos, sino que también facilita la coordinación entre diferentes centros de distribución, mejorando la eficiencia general de la cadena de suministro.

La implementación de un SGA es una inversión estratégica que puede transformar la manera en que tu empresa gestiona su almacén. Al automatizar y optimizar cada fase del proceso logístico, desde la recepción de mercancías hasta su expedición, un SGA no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también reduce costes y minimiza errores. Esto se traduce en una mayor competitividad, una mejor satisfacción

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